jueves, 30 de julio de 2009

Benedicto XVI presenta la "Escala del Paraíso" de la mano de Juan Clímaco


Catequesis que Benedicto XVI ofreció durante la audiencia general a los peregrinos congregados en el Aula Pablo VI.

Queridos hermanos y hermanas:

Después de veinte catequesis dedicadas al Apóstol Pablo, quisiera retomar hoy la presentación de los grandes escritores de la Iglesia de Oriente y Occidente en la Edad Media.
Y propongo la figura de Juan llamado Clímaco, transliteración latina del término griego klímakos, que significa de la escala (klímax). Se trata del título de su obra principal en la que describe la escalada de la vida humana hacia Dios. Nació hacia el 575. Su vida tuvo lugar en los años en que Bizancio, capital del Imperio romano de Oriente, conoció la mayor crisis de su historia. De repente el cuadro geográfico del imperio cambió y el torrente de las invasiones bárbaras hizo desplomarse todas sus estructuras. Quedó sólo la estructura de la Iglesia, que en esos tiempos difíciles continuó con su acción misionera, humana y sociocultural, especialmente a través de la red de los monasterios, en los que operaban grandes personalidades religiosas, como era precisamente la de Juan Clímaco.

Entre las montañas del Sinaí, donde Moisés encontró a Dios y Elías oyó su voz, Juan vivió y narró sus experiencias espirituales. Se han conservado noticias de él en una breve Vida (PG 88, 596-608), escrita por el monje Daniel de Raito: a los dieciséis años Juan, monje en el monte Sinaí, se hizo discípulo del abad Martirio, un "anciano", es decir, un "sabio". Hacia los veinte años eligió vivir como eremita en una gruta a los pies de un monte, en la localidad de Tola, a ocho kilómetros a los pies del actual monasterio de Santa Catalina. Pero la soledad no le impidió encontrar a personas deseosas de tener una guía espiritual, ni visitar algunos monasterios cerca de Alejandría. Su retiro eremítico, de hecho, lejos de ser una huida del mundo y de la realidad humana, le condujo a un amor ardiente por los demás (Vida 5) y por Dios (Vida 7). Tras cuarenta años de vida eremítica vivida en el amor de Dios y por el prójimo, años durante los cuales lloró, rezó, luchó contra los demonios, fue nombrado higúmeno (superior, n.d.t.) del gran monasterio del monte Sinaí y volvió así a la vida cenobítica, en el monasterio. Pero algunos años antes de su muerte, nostálgico de la vida eremítica, pasó al hermano, monje del mismo monasterio, la guía de la comunidad. Murió después del año 650. La vida de Juan se desarrolla entre dos montañas, el Sinaí y el Tabor, y verdaderamente se pude decir de él que irradia la luz que vio Moisés en el Sinaí y que contemplaron los apóstoles en el Tabor.

Se hizo famoso, como ya he dicho, por su obra "La Escala" (klímax), llamada en Occidente Escala del Paraíso (PG 88,632-1164). Compuesta por las insistentes peticiones del higúmeno del cercano monasterio de Raito, cerca del Sinaí, la Escala es un tratado completo de la vida espiritual, en el que Juan describe el camino del monje desde la renuncia al mundo hasta la perfección del amor. Es un camino que --según este libro-- tiene lugar a través de treinta escalones, cada uno de los cuales está unido con el siguiente. El camino puede resumirse en tres fases sucesivas: la primera muestra la ruptura con el mundo con el fin de volver al estado de infancia evangélica. Lo esencial, por tanto, no es la ruptura, sino la unión con lo que Jesús ha dicho, la vuelta a la verdadera infancia en sentido espiritual, el llegar a ser como niños. Juan comenta: un buen fundamento es el formado por tres bases y tres columnas: inocencia, ayuno y castidad. Todos los recién nacidos en Cristo (cfr 1 Cor 3,1) deben comenzar por estas cosas, tomando ejemplo de los recién nacidos físicamente" (1,20; 636). El alejamiento voluntario de las personas y lugares queridos permite al alma entrar en comunión más profunda con Dios. Esta renuncia desemboca en la obediencia, que es el camino a la humildad a través de las humillaciones -que no faltarán nunca- por parte de los hermanos. Juan comenta: "Beato aquel que ha mortificado su propia voluntad hasta el final y que ha confiado el cuidado de su persona a su maestro en el Señor: será colocado a la derecha del Crucificado" (4,37; 704).

La segunda fase del camino está constituida por el combate espiritual contra las pasiones. Cada escalón de la escala está unido con una pasión principal, que es definida y diagnosticada, indicando además la terapia y proponiendo la virtud correspondiente. El conjunto de estos escalones constituye sin duda el más importante tratado de estrategia espiritual que poseemos. La lucha contra las pasiones se reviste de positividad -no se ve como una cosa negativa- gracias a la imagen del "fuego" del Espíritu Santo: "Todos aquellos que emprenden esta hermosa lucha (cfr 1 Tm 6,12), dura y ardua, [...], deben saber que han venido a arrojarse a un fuego, si verdaderamente desean que el fuego inmaterial habite en ellos" (1,18; 636). El fuego del Espíritu Santo, que es el fuego del amor y de la verdad. Sólo la fuerza del Espíritu Santo asegura la victoria. Pero, según Juan Clímaco, es importante tomar conciencia de que las pasiones no son malas en sí mismas; lo son por el uso malo que de ellas hace la libertad del hombre. Si son purificadas, las pasiones abren al hombre el camino hacia Dios con energías unificadas por la ascética y la gracia y, "si han recibido del Creador un orden y un principio..., el límite de la virtud no tiene fin" (26/2,37; 1068).

La última fase del camino es la perfección cristiana que se desarrolla en los últimos siete peldaños de la Escala. Estos son los estadios más altos de la vida espiritual, experimentables por los "esicasti", los solitarios, que han llegado a la quietud y a la paz interior; pero son estadios accesibles también a los cenobitas más fervientes. De los tres primeros -sencillez, humildad y discernimiento- Juan, en línea con los Padres del desierto, considera más importante este último, es decir, la capacidad de discernir. Todo comportamiento debe someterse al discernimiento, todo depende de hecho de motivaciones profundas, que es necesario explorar. Aquí se entra en lo profundo de la persona y se trata de despertar en el eremita, en el cristiano, la sensibilidad espiritual y el "sentido del corazón", dones de Dios: "Como guía y regla de todas las cosas, después de Dios, debemos seguir a nuestra conciencia" (26/1,5;1013). De esta forma se llega a la tranquilidad del alma, la esichía, gracias a la cual el alma puede asomarse al abismo de los misterios divinos.

El estado de quietud, de paz interior, prepara al esicasta a la oración, que en Juan es doble: la "oración corpórea" y la "oración del corazón". La primera es propia de quien debe hacerse ayudar por posturas del cuerpo: extender las manos, emitir gemidos, golpearse el pecho, etc. (15,26; 900); la segunda es espontánea, porque es efecto del despertar de la sensibilidad espiritual, don de Dios a quien se dedica a la oración corpórea. En Juan ésta toma el nombre de "oración de Jesús" (Iesoû euché), y está constituida por la invocación del nombre de Jesús, una invocación continua como la respiración: "La memoria de Jesús se hace una con tu respiración, y entonces descubrirás la verdad de la esichía", de la paz interior (27/2,26; 1112). Al final, la oración se hace algo muy sencillo, simplemente la palabra "Jesús" se convierte en una sola cosa con nuestra respiración.

El último peldaño de la escala (30), lleno de la "sobria ebriedad del Espíritu" se dedica a la suprema "trinidad de las virtudes": la fe, la esperanza y sobre todo la caridad. De la caridad, Juan habla también como éros (amor humano), figura de la unión matrimonial del alma con Dios. Y elige una vez más la imagen del fuego para expresar el ardor, la luz, la purificación del amor por Dios. La fuerza del amor humano puede ser reorientada hacia Dios, como sobre el olivastro puede injertarse el olivo bueno (cfr Rm 11,24) (15,66; 893). Juan está convencido de que una experiencia intensa de este éros hace avanzar al alma más que la dura lucha contra las pasiones, porque es grande su poder. Prevalece por tanto la positividad de nuestro camino. Pero la caridad se ve también en relación estrecha con la esperanza: "La fuerza de la caridad es la esperanza: gracias a ella esperamos la recompensa de la caridad... la esperanza es la puerta de la caridad... la ausencia de la esperanza anonada la caridad: a ella están vinculadas nuestras fatigas, por ella nos sostenemos en nuestros problemas y gracias a ella estamos rodeados por la misericordia de Dios" (30,16; 1157). La conclusión de la Escala contiene la síntesis de la obra con palabras que el autor hace proferir al mismo Dios: "Que esta escala te enseñe la disposición espiritual de las virtudes. Yo estoy en la cima de esta escala, como dijo aquel gran iniciado mío (San Pablo): Ahora permanecen por tanto estas tres cosas: fe, esperanza y caridad, la más grande de todas es la caridad (1 Cor 13,13)!" (30,18; 1160).

En este punto, se impone una última pregunta: la Escala, obra escrita por un monje eremita vivido hace mil cuatrocientos años, ¿puede decirnos algo a nosotros hoy? El itinerario existencial de un hombre que vivió siempre en la montaña del Sinaí en un tiempo tan lejano, ¿puede ser de actualidad para nosotros? En un primer momento, parecería que la respuesta debiera ser "no", porque Juan Clímaco está muy lejos de nosotros. Pero, si observamos un poco más de cerca, vemos que aquella vida monástica es sólo un gran símbolo de la vida bautismal, de la vida del cristiano. Muestra, por así decirlo, en letras grandes lo que nosotros escribimos cada día con letra pequeña. Se trata de un símbolo profético que revela lo que es la vida del bautizado, en comunión con Cristo, con su muerte y su resurrección. Para mí es particularmente importante el hecho de que el culmen de la escala, los últimos peldaños sean al mismo tiempo las virtudes fundamentales, iniciales, más sencillas: la fe, la esperanza y la caridad. No son virtudes accesibles sólo a los héroes morales, sino que son don de Dios para todos los bautizados: en ellas también crece nuestra vida. El inicio es también el final, el punto de partida es también el punto de llegada: todo el camino va hacia una realización cada vez más radical de la fe, la esperanza y la caridad. En estas virtudes está presente la escalada. Fundamentalmente es la fe, porque esta virtud implica que yo renuncie a la arrogancia, a mi pensamiento, a la pretensión de juzgar por mí mismo, sin confiarme a otros. Este camino hacia la humildad, hacia la infancia espiritual es necesario: es necesario superar la actitud de arrogancia que hace decir: yo soy mejor, en este tiempo mío del siglo XXI, de lo que sabían los que vivían entonces. Es necesario, en cambio, confiarse solamente a la Sagrada Escritura, a la Palabra del Señor, asomarse con humildad al horizonte de la fe, para entrar así en la enorme vastedad del mundo universal, del mundo de Dios. De esta forma nuestra alma crece, crece la sensibilidad del corazón hacia Dios. Justamente dice Juan Clímaco que sólo la esperanza nos hace capaces de vivir la caridad. La esperanza en la que trascendemos las cosas de cada día, no esperamos el éxito en nuestros días terrenos, sino que esperamos finalmente la revelación de Dios mismo. Sólo en esta extensión de nuestra alma, en esta autotrascendencia, nuestra vida se engrandece y podemos soportar los cansancios y desilusiones de cada día, podemos ser buenos con los demás sin esperar recompensa. Solo si Dios existe, esta gran esperanza a la que tiendo, puedo cada día dar los pequeños pasos de mi vida y así aprender la caridad. En la caridad se esconde el misterio de la oración, del conocimiento personal de Jesús: una oración sencilla que sólo tiende a tocar el corazón del divino Maestro. Y así se abre el propio corazón, se aprende de Él su misma bondad, su amor. Usemos por tanto esta "escala" de la fe, de la esperanza y de la caridad, y llegaremos así a la vida verdadera.
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miércoles, 29 de julio de 2009

La JMJ Madrid 2011 recibe sus primeras donaciones del cardenal Rouco: cede los regalos de sus bodas de oro sacerdotales


Con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, el cardenal Rouco ha recibido muchos regalos de particulares e instituciones. Todo el dinero recibido en metálico lo ha cedido para sufragar los primeros gastos de la organización de la JMJ. Entre ellos, los proyectos de comunicación: el website, el concurso de la imagen corporativa y la red social.

No será hasta septiembre cuando la organización de la JMJ Madrid 2011 empiece a funcionar a pleno rendimiento. Pero mientras tanto, el equipo designado para ponerla en marcha, prepara las lineas maestras de la jornada mundial de la juventud.

Por lo pronto, según ha sabido Religión Confidencial, la JMJ cuenta con una donación del propio cardenal azobispo de Madrid, que ha cedido todos los regalos en metálico que ha recibido con motivo de sus 50 años sacerdotales.

Aún no se ha hecho público el presupuesto con el que contará la JMJ. Para lograr los fondos necesarios, el Arzobispado de Madrid creó hace dos meses la Fundación Madrid Vivo, en cuyo patronato aparecen importantes empresarios españoles conscientes de la importancia del evento que congregará a dos millones de jóvenes de todo el mundo con el Papa.

CAMINEO.INFO.- Madrid/ESPAÑA.-
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martes, 28 de julio de 2009

El Papa quiere ir a Turín a ver la Sábana Santa

LES COMBES, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pretende ir a Turín para ver la Sábana Santa con motivo de la exposición que tendrá lugar el próximo año, según él mismo ha confirmado al arzobispo de esa arquidiócesis.

Así lo ha revelado el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, en una declaración de este lunes, en la que confirma que el Papa almorzó este domingo en Les Combes con algunos invitados, entre los que se encontraba el cardenal Severino Poletto, y el obispo de Aosta, monseñor Giuseppe Anfossi.

"El cardenal Poletto actualizó al Papa sobre la preparación de la exposición de la Sábana Santa en la primavera del próximo año, y el Papa le confirmó su intención de visitar Turín con ese motivo, en una fecha por precisar", informa el portavoz vaticano.

La exposición de la Sábana Santa, después de la última, que tuvo lugar hace diez años, está prevista del 10 de abril al 23 de mayo de 2010, según ha confirmado la arquidiócesis, que ha abierto una página dedicada a esta reliquia desde el que se podrán hacer las reservas (http://www.sindone.org).

En el año 2010, por primera vez, será posible ver directamente la Sábana Santa tras la intervención de restauración a la que fue sometida en 2002, en la que se extrajeron los bordes de tejido quemados en el incendio de 1532 en Chambéry, descosidos los "remiendos" aplicados por religiosas clarisas, despegado el paño de Holanda sobre el cual había sido fijada en 1534. El Sudario ahora es expuesto en un nuevo soporte.
En esta ocasión, se ha previsto también un nuevo recorrido para informar a los visitantes sobre la historia y significado del lienzo, complementado con documentos fotográficos inéditos de alta resolución.

Según explica la arquidiócesis durante el período de la exposición se espera que el Papa celebre la misa en el atrio de la catedral.

Últimos días de vacaciones para el Papa

Después de haber presidido este domingo el Ángelus junto a unos cinco mil peregrinos y del almuerzo con sus huéspedes, el Santo Padre realizó este domingo un breve paseo.

En este lunes y martes, el Papa no tenía "compromisos particulares", según revela el padre Lobardi. Son días dedicados "a la oración, el estudio y la lectura".

El Papa se despedirá en la mañana de este miércoles de Les Combes, en particular, de las personas que han hecho posible estos días de descanso, en particular, las fuerzas de seguridad, los bomberos, la protección civil, así como a las autoridades locales.

Hacia las 5 p.m, el Papa viajará en helicóptero al aeropuerto de Turín, Caselle, para tomar un avión a Roma (aeropuerto de Ciampino). Desde allí viajará en coche a la residencia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma, donde trabajará el resto del verano.
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sábado, 25 de julio de 2009

El Papa subraya en Aosta que una sociedad sin Dios es incapaz de encontrar el camino para afrontar la crisis económica, ni las injusticias actuales



Una sociedad sin Dios es una sociedad ''sin brújula'', incapaz de encontrar la orientación para afrontar la crisis económica del presente, pero también los dramas, los sufrimientos, las injusticias que sufre el mundo: lo dijo Benedicto XVI, en su homilía de las Vísperas celebradas ayer en la Catedral de Aosta con el clero y los fieles de la Diócesis.

“Si Dios falta, si se prescinde de Dios, si Dios está ausente, falta el brújula para mostrar el conjunto de todas las relaciones, para encontrar el camino, la orientación hacia donde ir”. Es por ello, subrayó el Papa- que debemos llevar nuevamente al mundo la realidad de Dios, darlo a conocer, pues a pesar de que todos saben que hay un solo Dios, muchas veces lo sienten lejano, incluso ausente de nuestra cotidianidad. En esto consiste la evangelización, en acercar a ese Dios que se siente lejano, mostrar su rostro y su verdadero poder en el mundo, su omnipotencia, frente a los poderes más cercanos.



“Debemos aprender que la omnipotencia de Dios no es un poder arbitrario, por que Dios es el bien, es la Verdad, y por lo tanto no puede actuar contra el bien, no puede actuar contra la verdad, no puede actuar contra el amor y contra la libertad porque Él mismo es el bien, es el amor, es la verdadera libertad”.



Benedicto XVI explicó que en el mundo de hoy cuando se habla de poder se piensa al poder económico y militar. Para ilustrar esta idea el Pontífice puso como ejemplo la pregunta de Stalin, ¿cuantos ejércitos tiene el Papa?, caracteriza aun hoy la idea media de poder, es decir, tiene poder quien puede ser peligroso, amenazar y destruir. Pero el verdadero poder- precisó el Papa "es la misericordia y el perdón".



Con la encarnación -afirmó el Santo Padre- se muestra el verdadero poder divino, que se hace cercano a los sufrimientos del hombre. “Debo entrar a este mundo para oponer al océano del mal un océano mas grande, el océano del bien y del amor”.



En el marco del Año Sacerdotal, en el intenso momento de oración con el clero de esta diócesis italiana, el Papa hizo hincapié en que «san Pablo describe el apostolado como sacerdocio», destacando que «la función del sacerdocio es la de consagrar el mundo, para que el mundo sea Hostia viva, para que el mundo sea liturgia. Y que la Liturgia no sea algo marginal en la realidad del mundo». Es la «liturgia cósmica», gran visión también de Teilhard de Chardin, dijo el Santo Padre dirigiéndose, en especial, a los sacerdotes, con estas palabras: «Roguemos al Señor para que nos ayude a ser sacerdotes en este sentido, ayudando en la transformación del mundo, en adoración de Dios empezando por nosotros mismos ¡Que nuestra vida hable de Dios; que nuestra vida sea realmente liturgia, anuncio de Dios, puerta en la que el Dios lejano se vuelve cercano, y que sea verdadero don de nosotros mismos a Dios!».



Renovando su invitación a rezar a Dios para que el mundo experimente siempre la plenitud de su amor, el Papa se refirió a las diversas formas de hambre que sufre la humanidad, recordando las palabras del obispo de Aosta, sobre los problemas de tantas familias también esta región:



«Abre tu mano, que sacie a todo ser vivo. ¡Cuánta hambre hay en la tierra! Hambre de pan en tantas partes del mundo – su excelencia ha hablado también de los sufrimientos de las familias aquí – hambre de justicia, hambre de amor. Y con esta oración, roguemos a Dios: ¡Abre tu mano y sacia realmente el hambre de todo ser viviente. Que sacie nuestra hambre de la verdad y de tu amor! Así sea Amén».



Al terminar la celebración, desde un palco colocado en el atrio de la Catedral, Benedicto XVI saludó y bendijo, a los centenares de fieles presentes, en la plaza que lleva del nombre del Papa Juan XXIII.



El Papa les deseó 'buenas vacaciones' y, mirando su muñeca enyesada agregó sonriendo: “os deseo buenas vacaciones sin accidentes”.

Radiovaticana.org
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viernes, 24 de julio de 2009

¿COMO VENCER AL DIABLO?


La Iglesia enseña que al principio los diablos eran ángeles buenos, creados por Dios, pero que por sí mismos, por su libre e irrevocable decisión, se transformaron en malvados, rebelándose y rechazando a Dios.

El Evangelio de Juan llama al diablo-Satanás “el Príncipe de este mundo” (Jn 12,31). “El Diablo peca desde el principio” (1 Jn 3,8) y se opone personalmente a Dios y a su plan de salvación.
¿Qué poder tiene el diablo sobre nosotros?

En la primera Epístola de Juan se lee: “El mundo entero yace en poder del Maligno” (Jn 5,19).

San Pablo habla de nuestra batalla contra los poderes espirituales (cf. Ef 6,10-17)

Es también por su causa que el pecado y sus consecuencias (enfermedades, sufrimientos, cataclismos y sobre todo la muerte) han entrado en el mundo.

El diablo obra generalmente a través de la tentación y el engaño; es mentiroso, “padre de la mentira” (Jn 8,44).

Puede engañar, inducir al error, a una ilusión. Como Jesús es la Verdad (cf. Jn 8,44), así el diablo es el mentiroso por excelencia.

El escritor francés Charles Baudelaire decía que la astucia más perfecta de Satanás consiste en persuadir de que no existe.

El diablo posee un inmenso poder de seducción:

sedujo a Adán y Eva: de todas las obras cometidas por el diablo “la de más graves consecuencias ha sido la seducción engañosa que llevó al hombre a desobedecer a Dios” (CIC, 394) ha intentado seducir también a Cristo directamente (cf. Lc 4, 1-13) o sirviéndose de Pedro (cf. Mt 16,23) busca seducir a los discípulos de Cristo. La estrategia que sigue para conseguir ese resultado es convencer al hombre de que una vida vivida en la desobediencia a la voluntad divina es mejor que aquella vivida en la obediencia

Engaña a los hombres persuadiéndolos de que no tienen necesidad de Dios y de que son autosuficientes, sin necesidad de la gracia y de la salvación.

Incluso engaña a los hombres haciendo disminuir, y hasta desaparecer, el sentido de pecado.

“El poder de Satanás no es, sin embargo, infinito. Él no es sino una criatura, poderosa por ser espíritu puro, pero siempre una criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios” (CIC, 395)

Su acción también es limitada, y permitida por la divina Providencia, la cual guía la historia del hombre y del mundo con fuerza y dulzura. La autorización divina a la actividad diabólica es un gran misterio, pero “sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman” (Rm 8,28)” (CIC, 395).

¿Por qué Dios “permite” que Satanás “atormente” al hombre?

La vida terrena es un tiempo de prueba, durante el cual Dios consiente al demonio tentar y “probar” al hombre, pero nunca por encima de sus fuerzas.

Sabemos por la fe que de ese mal, Dios sabe sacar un bien más grande porque, con su gracia, el corazón queda purificado de la prueba y la fe se fortalece.

¿Cómo se vence al diablo?

De varias maneras, complementarias:

Primero de todo, con una genuina vida de fe, caracterizada por un abandono confiado en el amor paternal y providente de Dios (cf. Lc 12,22-31), y por la obediencia a su voluntad (Cf. Mt 6,10), a imitación de Cristo Señor.

Éste es el escudo más seguro.

La victoria más bella sobre la influencia de Satanás es la continua conversión de nuestra vida, que tiene una especial y continua actuación en el Sacramento de la Reconciliación, mediante el cual Dios nos libera de los pecados, cometidos después de nuestro Bautismo, nos regala su amistad y nos fortalece con su gracia para resistir los ataques del Maligno.

Con una permanente vigilancia: “Velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar” (1 P 5,8)

Acogiendo y dando testimonio, cada vez más, con la palabra y con las obras, del Evangelio.

Esto requiere un anuncio integral y valiente del Evangelio: no hay que tener miedo a hablar también del demonio, y sobre todo de la victoria que Cristo ya ha obtenido sobre él y continúa obteniendo en las personas de sus fieles.

Luchando contra sus seducciones y tentaciones. “Toda la historia humana está de hecho traspasada por una tremenda lucha contra los poderes de las tinieblas; lucha comenzada en el principio del mundo y que durará, como dice el Señor, hasta el último día.

En esta batalla, el hombre debe combatir sin descanso para poder permanecer unido al bien, no puede conseguir su unidad interior si no es al precio de grandes fatigas, con la ayuda de la gracia de Dios” (Concilio Ecuménico Vaticano II, Gaudium et spes, n. 37,2)

Huyendo y evitando el pecado, que “es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí” (Sal 51,6).

El pecado se eleva contra el amor de Dios por nosotros y lo aleja de nuestro corazón. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios, causada por la voluntad de ser “como Dios” conociendo y determinando el bien y el mal.

El pecado, por tanto, es amor a uno mismo hasta el desprecio de Dios” (CIC, 1850).

Utilizando el discernimiento. “El Espíritu Santo nos lleva a discernir en la prueba, necesaria para el crecimiento del hombre interior para conseguir una “virtud probada”, y en la tentación, que conduce al pecado y a la muerte.

Debemos también distinguir entre “ser tentados” y “consentir” la tentación.

Por último, el discernimiento desenmascara la mentira de la tentación: aparentemente su objetivo es “bueno, grato a los ojos y deseable”, cuando en realidad su fruto es la muerte ” (CIC, 2847.

Rezando. “Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rm 8,31).

El mismo Señor, en la oración del Padrenuestro, nos ha enseñado a pedir a Dios Padre “Líbranos del mal”.

“Pidiendo ser liberados del mal, nosotros rezamos al mismo tiempo ser liberados de todos los males, presentes y futuros, de los cuales el diablo es artífice e instigador.

En esta última petición, la Iglesia lleva ante el Padre toda la miseria del mundo.

Además, con la liberación de los males que aplastan a la humanidad, la Iglesia implora el don precioso de la paz y la gracia de la petición perseverante del retorno de Cristo.

Rezando así, se anticipa en la humildad de la fe la recapitulación de todos y de todo lo que tiene “poder sobre la muerte y sobre los infiernos” (Ap 1,18)” (CIC, 2854).

Autor:

Monseñor Raffaello Martinelli está al servicio de la Congregación para la Doctrina de la Fe desde el año 1980. Ha sido redactor en la elaboración del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.
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Descárgate Presentaciones y Documentos sobre la Iglesia

Y dijimos que estaba bien (Powerpoint) --Descargar--

Todo el Concilio Vaticano II (.exe) --Descargar--

Evangelización de San Pablo (Powerpoint) --Descargar--

¿Como evitar las tentaciones? (.Doc) --Descargar--

Seguiremos añadiendo más documentos relevantes...para aportar mándenlo a la dirección:

benedictoratzinger@gmail.com

GRACIAS!
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LAS NOVEDADES DE LA JMJ MADRID 2011


Las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que se celebrarán en agosto de 2011, deparan sorpresas, que en esta entrevista comienza a revelar Santiago de la Cierva, su director de Comunicación.

Yago, como todos le conocen, fundador y director –hasta hace poco– de la agencia televisiva “Rome Reports“, desde 1999 es profesor del famoso curso “Comunicación de crisis” que imparte en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.

En esta entrevista concedida a ZENIT, confiesa que lo primero que le vino a la mente cuando el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, le propuso esta nueva misión fue: “¿es que no hay nadie más?”.

Pero, bromas aparte, afirma que “este tipo de cosas no hay que pensarlas mucho, es un tren que pasa. Alguien te dice: ’sube’ y, con un poquito de fe, uno se da cuenta de que, aunque te complica la vida, aunque evidentemente no hay noches libres, no hay fines de semana y no hay vacaciones… en el fondo te das cuenta de que vale la pena”.

Para este profesional de la comunicación, esta experiencia será “una aventura fantástica. Todo el pelo se me va a poner blanco, pero va a valer la pena porque está muy en el corazón de la Iglesia y la juventud no tiene mucha oportunidad de decir ‘la iglesia es mía’. Parece que se les tiene que decir todo. No toman la palabra, no toman la iniciativa. Y creo que éste es un gran modo de movilizar a la gente joven e incluso a los que no son tan jóvenes”.

¿Qué valor añadido tendrá Madrid 2011 respecto a las anteriores JMJ?

Madrid 2011 no va a tener nada nuevo respecto a las demás ediciones salvo el sitio, el momento histórico, las ganas de hacerlo muy bien, todo lo que lleva consigo hacerlo en un país como España, que tiene dos mil años de cristianismo y que hasta las piedras rezuman la fe, rezuman una tradición multisecular. Eso es lo que va a hacer de Madrid 2011 una Jornada Mundial muy especial.

Teniendo en cuenta que estamos en Europa, al final de Europa pero estamos todavía en Europa, calculamos que vendrán más de un millón de personas. Probablemente intentaremos llegar a lo que pasó aquí en Roma, en el año 2000, pero no depende de nosotros.

Creo que lo particular de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid va a ser precisamente el que tiene lugar en un país que ha sido siempre fiel a la Iglesia católica. Es un país que ha transmitido la fe a muchos continentes, la mayoría de los católicos de todo el mundo hablan español precisamente porque han sido evangelizados por españoles y nos gustaría recuperar ese espíritu misionero. A veces se piensa que los misioneros eran gente mayor, que iba a predicar fuera, y no, los misioneros eran gente de menos de 25 años. Nos gustaría recuperar ese espíritu y presentarlo a los jóvenes de hoy.

Otra característica de la Jornada Mundial de Madrid van a ser las redes. Por primera vez vamos a tener una Jornada Mundial de la Juventud en la que realmente el instrumento fundamental de comunicación va a ser Internet, van a ser las redes sociales, no solamente como información sino también como comunicación, para crear comunidades.

En Sydney ya se empezó, pero creo que esto va a ser la explosión. Explosión también de nuevas tecnologías. En 2011 probablemente casi todos los que vengan tendrán teléfonos de nueva generación. Será muy fácil estar en contacto, recibir las informaciones, aprovechar el teléfono, las terminales para recibir las traducciones de las palabras del Santo Padre, los mensajes de organización, etc.

En Sydney los jóvenes recibieron mensajes del Papa en sus teléfonos móviles. ¿Se espera alguna sorpresa de este tipo en Madrid?

No me puedo comprometer a que el Papa mande mensajes a la gente. Lo vamos a intentar, pero eso es algo propio del Santo Padre. Acabamos de ver cómo el Santo Padre ha empezado a utilizar Facebook para estar en contacto con los jóvenes y esto es solamente el inicio.

Evidentemente no podemos pedir al Santo Padre que esté conectado dos horas al día para ver si puede responder personalmente. No es su misión, no tiene tiempo y le pedimos otras cosas. Pero de ahí se va al siguiente paso: que toda la Iglesia católica utilice las redes sociales como un instrumento fundamental, no sólo para transmitir la fe sino para vivirla mejor, para conocerla mejor, para crear comunidad.

Crear redes sociales es crear grupos sociales y a veces tenemos poco tiempo. Y, sin embargo, gracias a las redes sociales podemos estar en contacto y practicar la fe de otro modo más virtual pero también real.

¿No existe el riesgo de que la Jornada Mundial de la Juventud se convierta en tres días de fiesta y después se olvide hasta la próxima celebración, que no haya continuidad?

En Madrid vamos a intentar seguir el ejemplo de Sydney y las anteriores, pues la organización tenía presente que la Jornada Mundial no es un punto de llegada sino un punto de salida. Un punto de partida y eso es muy importante, porque la Jornada Mundial en el fondo no es más que una fiesta que convoca el Santo Padre para todos los jóvenes católicos y no católicos, cristianos y no cristianos, pero con un interés por valores transcendentes y que quieran como meterse en una casa ajena y decir: “vamos a ver cómo se vive aquí. Esta gente, parece contenta. Está alegre. Se lo pasa bien y ¡reza!… esto parece una contradicción”.

De eso se trata: la Jornada Mundial es una fiesta y todos los jóvenes y los mayores que hemos organizado fiestas sabemos que hay cosas muy importantes como el sitio, la hora, la música, lo que se come… pero lo más importante en una fiesta son los invitados. Si uno acierta con los invitados, el éxito de la fiesta está asegurado. Y lo mismo sucede con la Jornada Mundial. Van a ser días de fiesta, sí, pero vamos a intentar que haya de todo.

Que haya vida de piedad, que haya adoración eucarística, que haya catequesis, que haya cultura, que haya diversión…, que haya de todo, porque los jóvenes como los mayores, no podemos pasar catorce horas rezando. Va a haber absolutamente de todo. Doctrina eucarística y aprendizaje de la doctrina cristiana y vamos a intentar que se conozca la fe a través de la cultura española.

¿Cual podríamos decir que es el reto a nivel comunicativo?

El reto es responder a las expectativas de la gente. Y las expectativas son muy altas. Tenemos que llegar a tres tipos de público distinto.

Hay un primer público compuesto por los que van a venir a la Jornada Mundial y con la comunicación tenemos que prepararles para que vengan a lo que tienen que venir, para que luego no se lleven ningún disgusto sino todo lo contrario. Y para que una vez que estén allí todo funcione bien. Hay que tener en cuenta que aunque lo espiritual es lo importante, si luego no te han dado de comer, si no has conseguido dormir o has tenido que caminar de una manera exagerada, lo espiritual pierde fuerza.

Hay un segundo público, muy importante: muchísimos jóvenes que querrían venir y no podrán venir y lo seguirán por la televisión, por las redes, por Internet, por la radio… Tenemos que pensar también en ellos y para eso vamos a ver cómo conseguimos que toda la trasmisión sea una trasmisión que casi te meta dentro.

Y hay un tercer público, muy importante que son las personas que ni han ido, ni tienen ningún interés por ir, pero que tienen curiosidad por ver qué pasa, qué hace un millón y medio de jóvenes en Madrid, cómo viven, para qué están allí, qué se les ve en la cara. Se preguntan: “¿están contentos? ¿Están alegres? ¿Ayudan a los demás? ¿Dedican tiempo a echar una mano en la parroquia o a dar de comer en un asilo de ancianos o hacer de payasos con niños que están enfermos?…”.

Eso para nosotros es muy importante porque es la imagen de la Iglesia y vamos a utilizar el rostro más bello de la Iglesia, que son los jóvenes, para explicar y hablar de Jesucristo que está presente en los jóvenes y son los jóvenes los que nos transmitirán la fe.

¿Qué diría a un chico que está dudando en ir a la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid?

A un joven o a una joven que cuando quede poco tiempo se esté planteando el “voy o no voy” lo único que le podemos asegurar es que lo que va a encontrar allí le va a dar muchas respuestas, no todas, a interrogantes muy profundos y que se va a encontrar con gente con la que va a estrechar vínculos que pueden durar toda la vida y que al terminar dirán: “qué pena que hayan sido sólo unos días”.

¿Podemos decir que las Jornadas Mundiales de la Juventud son el evento comunicativo más importante de la Iglesia?

Creo que la Jornada Mundial de la Juventud es un evento muy importante para la comunicación de la Iglesia. No sé si el más importante, el segundo, el tercero, porque en el fondo todo lo que tiene que ver con la Iglesia está hablando de Jesucristo y de la eficacia de la Gracia y eso no lo podemos medir. Lo importante es que la comunicación de la Jornada Mundial ayude a tocar el corazón de mucha gente joven –y a lo mejor no tan joven–, que lo ve en televisión.

Por lo tanto, la importancia está clara. Es un evento que organiza el mismo Papa –no es que organice muchos eventos– y, además, es una oportunidad para que se conozca a la Iglesia católica y para que los jóvenes estén en todos los telediarios, en todos los periódicos, en portadas, en revistas o en la red. Por lo tanto, es poner en la arena pública a Jesucristo, a su mensaje, a lo feliz que nos puede hacer si seguimos lo que nos ha dicho. Si es más o menos importante, dependerá de cada uno. Habrá gente a la que le toque el corazón.

miércoles, 03 de junio de 2009
María de la Torre. Zenit.org
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LA BIBLIA LLEGÓ A LA LUNA


Fue durante su segunda noche en el satélite. Buzz Aldrin, de confesión presbiteriana, extrajo una cajita que contenía pan y vino; se recogió en oración; leyó el versículo de san Juan 15, 5 –«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.El que permanece unido a mí y yo en él, da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada»– y consumió las dos especies. Lo relata el propio astronauta en el libro que publicó en 1973, «Regreso a la Tierra», y lo ha recordado en estos días en el diario «USA Today» el pastor Mark Cooper, de la parroquia presbiteriana de Webster (Tejas), a la que asistía Aldrin. «Después trajo el pequeño cáliz de plata que empleó, y lo tenemos guardado a buen recaudo en la parroquia», afirma Cooper.
El salmo 8, en el espacio
Pero, además, el astronauta presbiteriano portaba un trozo de papel en el que había garabateado algunos versículos del salmo 8: «Cuando veo los cielos, obra de tus manos, la Luna y las estrellas que creaste, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que de él te preocupes?». Aldrin posó el papel sobre la superficie del satélite y regresó a la nave.
El católico Michael Collins, otro de los integrantes del Apolo 11, también quiso dejar constancia de su fe. En una de las paredes internas de la nave dejó escrito: «Nave espacial 107. La mejor creada. Que Dios la bendiga».


Sin embargo, los astronautas se vieron obligados a realizar todas sus prácticas religiosas con una gran discreción, porque la NASA no veía con buenos ojos estos gestos. Un año antes, en 1968, la misión del Apolo 8 había logrado su objetivo de orbitar diez veces la Luna en a lo largo de 20 horas. Era la víspera de Navidad, el 24 de diciembre por la noche, y sus tres tripulantes, Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders, realizaron una sorprendente conexión en directo con los canales de televisión de todo el mundo. «Estamos cerca de la Luna y, para todos los que nos siguen desde la Tierra, la tripulación del Apolo 8 tiene un mensaje que le gustaría compartir: “En el principio, Dios creó el cielo y la Tierra”», comenzó a leer Anders. Era el inicio del libro del Génesis, que prosiguieron leyendo los tres astronautas en turnos hasta el versículo 15. «Y Dios hizo dos lumbreras grandes, la mayor para gobierno del día y la menor para gobierno de la noche», continuaron. «Buenas noches, buena suerte, feliz Navidad y que Dios les bendiga a todos», fue la conclusión de su conexión en directo. Este gesto enfureció a Madalyn Murray O’ Hair, una conocida activista atea, quien demandó a la NASA. El auto fue desestimado por la Corte Suprema, pero la agencia espacial exigió a sus astronautas desde ese momento una mayor «contención» religiosa.


Una Biblia en microfilm
Pero las advertencias de la agencia espacial no amedrentaron a los astronautas. En enero de 1971, dos de los tripulantes del Apolo 14, Shepard y Mitchell, depositaron sobre la superficie lunar un paquete que contenía la Biblia en microfilm y el primer versículo del Génesis en 16 idiomas. Seis meses más tarde, durante la misión del Apolo 15, James B. Irwin, tras caminar sobre la Luna, declaró haber «sentido el poder de Dios como jamás lo había sentido antes». En 1998, John Glenn, que regresó al espacio después de 36 años, declaró: «Para mí es imposible contemplar toda la creación y no creer en Dios». Quien sabe, quizás haya que estar en la Luna para encontrarse con el Señor...

«Soy el obispo de la luna»
Según relatan las crónicas de la época, monseñor William D. Borders se declaró a sí mismo en 1969 como «el obispo de la Luna». No, el prelado no sufría ningún tipo de demencia, sino que, más bien, poseía un fino sentido del humor. En 1968 fue ordenado obispo y se le asignó la diócesis de Orlando (Florida), que comprende la estación espacial de Cabo Cañaveral. Poco después del alunizaje del Apolo XI, los obispos estadounidenses realizaron su visita «ad limina» al Papa Pablo VI. Cuando le llegó el turno a monseñor Borders de cumplimentar al Pontífice, el obispo de Orlando le dijo: «Sabe, Santo Padre, soy el obispo de la Luna». Pablo VI le miró perplejo, pero el prelado le explicó que, según el Código de Derecho Canónigo, él era, «de facto», el ordinario de este «nuevo territorio descubierto». (www.larazon.es)
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martes, 21 de julio de 2009

LA PROVIDENCIA AYUDA SIEMPRE A QUIEN OBRA EL BIEN

Al presidir el rezo del Ángelus dominical en la localidad italiana de Romano Canavese, cerca de la residencia de Las Combes en donde reposará hasta el próximo 29 de julio, el Papa Benedicto XVI recordó...Leer más
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sábado, 18 de julio de 2009

BENEDICTO XVI SE ROMPE LA MUÑECA AL CAERSE EN SU LUGAR DE VACACIONES

Benedicto XVI ha sufrido una fractura en la muñeca al resbalar esta madrugada en su habitación de la casa de Les Combes,donde pasa sus vacaciones.El Papa ha tenido que ser intervenido en un hospital de Aosta para reducir la lesión...Leer más
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miércoles, 15 de julio de 2009

DERECHO A VIVIR







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El 4 de septiembre de 2008 la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, anunció una ley del aborto libre, que se aprobaría en 2009.Si esa ley llega a aprobarse, el delito del aborto – todavía vigente –desaparecerá en la práctica de nuestro Código Penal y el número de niños abortados en España (hoy son más de 100.000 abortos anuales) se multiplicarán por dos en pocos años. 250.000 bebés no saldrán con vida del seno de su madre. 250.000 mujeres sufrirán las consecuencias del aborto. Los beneficios económicos de los empresarios del aborto crecerán significativamente.

Ante este panorama, un grupo de ciudadanos decidimos hacer todo lo que esté en nuestras manos para tratar de parar esta masacre.

Y así decidimos lanzar una campaña masiva de información y concienciación sobre la realidad del aborto. Una campaña que vamos adesarrollar en torno al lema de “Derecho a Vivir” y a una página Web – www.derechoavivir.org – que servirá de centro de nuestras operaciones en Internet.

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Aprovechamos para insertar el discurso que dió el Papa Benedicto XVI que ofreció al cuerpo diplomático en el Palacio de Hofburg en Viena el 7 de Septiembre del año 2007
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¿POR QUÉ PERMANEZCO EN LA IGLESIA?





Ampliamos el blog con un artículo muy interesante de Joseph Ratzinger entonces cardenal con el Tema de:

¿POR QUÉ PERMANEZCO EN LA IGLESIA?

http://benedictoxvi.blogspot.es/img/porqueiglesia.pdf

De nuevo en formato PDF para su fácil utilización a todos los lectores.

GRACIAS A TODOS Leer más...

Encíclica "Caritas Veritae"


Gracias a Dios os facilitaremos la nueva encíclica escrita por nuestro Santo Padre Benedicto XVI.

La llamada Encíclica "Caritas Veritae" (Caridad en la Verdad), la tercera encíclica de su pontificado

Benedicto XVI ha explicado que "Caritas in Veritate" es una actualización de la "Populorum Progressio", escrita por Pablo VI y publicada en 1967."Quiere profundizar algunos aspectos del desarrollo integral de nuestra época, a la luz de la caridad en la verdad", aseguró el durante el rezo del Ángelus el pasado 29 de junio.

ENCÍCLICA "CARITAS VERITAE" AQUI:
http://benedictoxvi.blogspot.es/img/EnciclicaCaritasVeritaes.pdf


TAMBIÉN DEJAREMOS A VUESTRA DISPOSICIÓN LAS DOS OTRAS ENCÍCLICAS DE BENEDICTO XVI.

1º ENCÍCLICA, "DEUS CARITAS EST" (Dios es Amor) AQUI: http://benedictoxvi.blogspot.es/img/DeusCaritasEst.pdf

2º ENCÍCLICA, "SPE SALVI" Encíclica del Papa a la esperanza cristiana AQUI:http://benedictoxvi.blogspot.es/img/EnciclicaSpeSalvi.pdf
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Citas Seleccionadas de Benedicto XVI



Citas Seleccionadas de Joseph Ratzinger de gran parte de su vida...merecen estudiarlas y leerlas detenidamente...Leer más
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