sábado, 29 de agosto de 2009
El cardenal Bertone dijo que Benedicto XVI no da “marcha atrás”
El cardenal Tarcisio Bertone SDB, secretario de Estado y el más cercano colaborador de Benedicto XVI, desmintió los rumores promovidos por medios de comunicación que aseguran su intención de dar "marcha atrás" en el camino de aplicación del Concilio Vaticano II.
En una entrevista concedida a “L’Osservatore Romano”, el cardenal Bertone aclara los debates surgidos por revelaciones de supuestos documentos, desmentidos por la Santa Sede, interpretados como una vuelta atrás por parte del Papa, sobre todo en materia litúrgica.
"Para comprender las intenciones y la acción de gobierno de Benedicto XVI es necesario remontarse a su historia personal -una experiencia variada que le permitió pasar por la Iglesia conciliar como auténtico protagonista- y, una vez elegido Papa, al discurso de inauguración del pontificado, al que dirigió a la Curia Romana el 22 de diciembre de 2005 y a los actos precisos que quiso y firmó (en ocasiones pacientemente explicados)", comienza diciendo el purpurado.
"Las demás elucubraciones y rumores sobre presuntos documentos de marcha atrás son pura invención, según un cliché presentado continuamente con obstinación".
El cardenal cita "algunas instancias del Concilio Vaticano II que el Papa promovió constantemente con inteligencia y profundidad de pensamiento".
En particular, "la relación más comprensiva instaurada con las Iglesias ortodoxas y orientales, el diálogo con el judaísmo y con el islam, con una recíproca atracción, que suscitaron respuestas y profundizaciones como nunca antes se habían registrado, purificando la memoria y abriéndose a las riquezas del otro".
"Y, además, me agrada subrayar la relación directa y fraterna, así como paterna, con todos los miembros del colegio episcopal en las visitas ad limina y en las demás numerosas ocasiones de contacto".
"Hay que recordar la práctica que ha emprendido de intervenciones libres en las asamblea de los Sínodos de los Obispos con respuestas puntuales y reflexiones del mismo pontífice".
"No olvidemos tampoco el contacto directo instaurado con los superiores de los dicasterios de la Curia Romana con los que restableció periódicos encuentros de audiencia".
La reforma, una cuestión de corazón
Por lo que se refiere a la "reforma de la Iglesia" el cardenal considera "que es sobre todo una cuestión de interioridad y santidad". Por este motivo, asegura, el Papa se concentra en recordar "la fuente de la Palabra de Dios, la ley evangélica y el corazón de la vida de la Iglesia: Jesús, el Señor conocido, amado, adorado e imitado".
Por este motivo está preparando en estos momentos el segundo volumen de su libro "Jesús de Nazaret".
Por lo que se refiere a las intervenciones del Papa sobre la Curia Romana, el cardenal explica que, en lo que lleva de pontificado, Benedicto XVI "realizó setenta nombramientos de superiores de los diferentes dicasterios" vaticanos, sin contar a obispos y nuncios en el mundo.
En este sentido, anuncia para muy pronto "nombramientos importantes" en los que estarán representadas "las nuevas Iglesias: África ya ofreció y ofrecerá excelentes candidatos", afirma.
El purpurado advierte sobre el error de atribuir al Papa todos los problemas que experimenta la Iglesia en el mundo y todas las declaraciones de sus representantes.
"Una correcta información -recuerda a los periodistas- exige que se atribuya a cada cual (‘unicuique suum’) la propia responsabilidad por los hechos y las palabras, sobre todo cuando éstos contradicen abiertamente las enseñanzas y los ejemplos del Papa"
CAMINEO.INFO
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lunes, 24 de agosto de 2009
Entregar la vida a Cristo pese a “escándalo” de la fe, pide el Papa Benedicto XVI
Al presidir este mediodía (hora local) el rezo del Ángelus dominical en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI instó a todos a renovar su entrega al Señor Jesús para ser así testigos de su amor ante el mundo, avanzando contra corriente; sin importar el “escándalo” de la “paradoja de la fe cristiana”.
Al meditar sobre el Evangelio de Juan de este domingo que se cierra el discurso eucarístico del Pan de Vida, el Santo Padre recordó que la “provocativa pregunta” de Cristo a sus apóstoles: “¿Ustedes también quieren irse?” no está “dirigida solamente a quienes los escuchaban entonces, sino que alcanza a los creyentes y hombres de toda época. Incluso hoy, muchos siguen ‘escandalizados’ ante la paradoja de la fe cristiana”.
Seguidamente el Papa explicó que la enseñanza de Jesús sobre la necesidad de “comer su cuerpo y su sangre” parece “’dura’, muy difícil de acoger y poner en práctica. Por ello surgen quienes rechazan y abandonan a Cristo, quienes buscan ‘adaptar’ la palabra a los modos de los tiempos extirpándoles el sentido y el valor”.
“‘¿Quieren irse ustedes también?’ Esta inquietante provocación resuena en el corazón y espera de cada uno una respuesta personal”, subrayó Benedicto XVI.
Jesús, prosiguió el Papa, “no se contenta con una pertenencia superficial y formal, no le es suficiente una primera y entusiasta adhesión, sucede lo contrario, hace falta tomar parte para toda la vida ‘en su pensamiento y querer’. SeguirLo llena el corazón de alegría y da sentido pleno a nuestra existencia, pero comporta una serie de dificultades y renuncias porque con mucha frecuencia es necesario avanzar contra corriente”.
Citando luego la respuesta de Pedro al Señor: “¿Señor, a quién iremos. Solo Tú tienes palabras de Vida eterna y nosotros hemos creído que tu eres el Santo de Dios”, el Papa Benedicto XVI indicó que “también nosotros podemos repetir la respuesta de Pedro, conscientes de nuestra humana fragilidad, pero confiados en la potencia del Espíritu Santo, que se expresa y manifiesta en la comunión con Jesús”.
“La fe es un don de Dios para el hombre y, al mismo tiempo, es la libre y total adhesión del hombre a Dios, la fe es la dócil escucha de la palabra del Señor que se hace ‘lámpara’ para nuestros pasos y ‘luz’ en nuestro camino. Si abrimos con fe el corazón a Cristo, si nos dejamos conquistar por Él, podemos experimentar también nosotros, junto al Santo Cura de Ars, también que ‘nuestra felicidad en esta tierra es amar a Dios y saber que Él nos ama’”.
Finalmente el Papa pidió “a la Virgen María que vele siempre por nosotros por esta fe impregnada de amor, que está en Ella, humilde doncella de Nazaret, Madre de Dios y madre y modelo de todos los creyentes”.
Autor:
ACIPRENSA Leer más...
viernes, 21 de agosto de 2009
En su catequesis de hoy el Papa invita a los fieles a orar en particular por los seminaristas, en este año sacerdotal
Benedicto XVI realizó este miércoles la audiencia General, como lo está haciendo desde que regresó del Valle de Aosta, en Castel Gandolfo donde participaron miles de fieles procedentes de varios países del mundo incluso hoy de la India y de Nigeria. La audiencia tuvo lugar en el patio Clemente XIV de la residencia apostólica y fue seguida también desde la plaza de esta pequeña ciudad distante unos 30 kilómetros de Roma.
El centro de la catequesis fue la figura de San Juan Eudes, “apóstol infatigable de la devoción a los sagrados Corazones de Jesús y María, en un tiempo, el siglo XVII dominado por ideologías que promovían “el desprecio por la fe cristiana”. Un periodo en el que Europa estaba devastada por las guerras y – puntualizó el Papa – también las almas.
Sin embargo, al mismo tiempo “el Espíritu Santo suscitaba una renovación espiritual llena de fervor con personalidades de alto relieve”. Entre ellas estaba San Juan Eudes: nacido en Normandía en 1601, testigo ardiente del Evangelio hasta su muerte ocurrida en 1680.
Otros santos de la época, recordados por el Pontífice en la catequesis fueron san Vicente de Paúl y san Luís María Griñón de Montfort, quienes conformaron esa “escuela de santidad francesa” que tuvo entre otros frutos a san Juan María Vianney. De hecho, Benedicto XVI subrayó el misterio de la providencia cuando su predecesor, el Papa Pío XI, proclamó juntos como santos al Cura de Ars y a Juan Eudes
En la ciudad universitaria di Caén, continuó diciendo el Papa, san Juan Eudes fundó su primer seminario, experiencia que fue muy apreciada y que pronto se extendió a otras diócesis. El camino de santidad que él recorrió y que propuso a sus discípulos, tenía como cimiento una sólida confianza en el amor que Dios ha revelado a la humanidad en el Corazón sacerdotal de Cristo y en el Corazón maternal de María.
En aquél tiempo de crueldad, de pérdida de vida interior, Juan Eudes se dirigió al corazón, para decir al corazón una palabra de los salmos muy bien interpretada por San Agustín. Quería atraer a las personas, a los hombres, y sobre todo a los futuros sacerdotes hacia el corazón, mostrando el Corazón sacerdotal de Cristo y el Corazón maternal de María. Todo sacerdote debe ser testimonio de este amor de Jesús y de María. Y llegamos así a este tiempo nuestro
“Los fundamentos puestos en la formación de los seminaristas – reveló Benedicto XVI – constituyen ese insustituible “humus espiritual”, en el “aprender a Cristo”, dejándose configurar progresivamente a Él, único Sumo sacerdote y Buen Pastor. El tiempo del seminario – continuó diciendo el Papa - hay que verlo como una actualización del momento en el que Jesús, después de haber llamado a los apóstoles y antes de enviarles a predicar, les pide que estén con Él”
Al final de la catequesis Benedicto XVI invitó a los fieles a orar en este Año sacerdotal “por aquellos que se preparan para recibir el don extraordinario del sacerdocio” y con las palabras de San Juan Eudes se dirigió a los presbíteros: “Dónense a Jesús, para entrar en la inmensidad de su gran Corazón, que contiene el Corazón de su Madre y de todos los Santos, para introducirse en este abismo de amor, de caridad, de misericordia, de humildad, de pureza, de paciencia, de sumisión y de santidad”.
Al final de la catequesis en italiano, el Santo Padre saludó en varias lenguas a los fieles presentes en el patio de la residencia apostólica de Castel Gandolfo e hizo una síntesis de su enseñanza
Autor:
RADIO VATICANO
Thu, 20 Aug 2009 00:01:00
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¿Cómo sé que la religión católica es la verdadera?
El camino para llegar a Dios es el que Él mismo nos ha señalado revelándonos una religión.
La religión verdadera sólo puede ser una, pues las religiones se contradicen entre sí, y la verdad sólo puede estar en uno de los dos campos: si sobre un punto concreto, y desde un mismo punto de vista, unos dicen que sí y otros que no, no pueden los dos tener la razón al mismo tiempo. Si uno dice que Cervantes nació en España y otro dice que nació en Inglaterra, es evidente que no pueden tener los dos razón al mismo tiempo. Uno de los dos se equivoca. Los católicos decimos que Cristo es Dios. Otros lo niegan. Es claro que no podemos tener todos la razón. Por eso sólo hay una religión verdadera.
Para conocerla no hace falta estudiar todas las religiones. Basta conocer los motivos de credibilidad del cristianismo para saber que es la religión verdadera. Sería absurdo pensar que Dios ha revelado varias religiones contradictorias entre sí. La única religión verdadera es la que Dios ha revelado, y la podemos conocer por señales ciertas, como son los milagros de Jesucristo.
La religión católica ha sido fundada por Cristo-Dios; todas las demás religiones han sido fundadas por hombres. Ni Buda, ni Confucio, ni Mahoma, ni Lutero, etc., pretendieron ser Dios. Jesucristo afirmó repetidas veces en su vida que Él era Dios (ver n 32 ). La ocasión más solemne fue ante el sanedrín cuando la interpelación de Caifás quien, ante esta afirmación de Cristo, le llama blasfemo y le condena a muerte. La blasfemia se castigaba con la pena de muerte entre los hebreos. Para confirmar que era verdad lo que decía, Jesucristo hizo varios milagros, principalmente su propia resurrección.
Jesucristo fundó una sola Iglesia: «Habrá un solo rebaño y un solo Pastor»(436) Esta Iglesia es la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Todas las demás Iglesias y religiones están equivocadas. Unas, porque no reconocen al verdadero Dios -como el Budismo-; otras, porque se separaron de la Iglesia verdadera -como el Protestantismo-.
Según el Primer Concilio de Constantinopla, celebrado el año 381, la Iglesia, tal como la fundó Jesucristo, tiene cuatro notas características, es decir, cuatro señales distintivas, que son cuatro propiedades esenciales que, todas juntas, son exclusivas y manifestativas de la verdadera Iglesia de Jesucristo. Estas señales distintivas, estos atributos, son: unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad. Por estas señales es que creemos que la Iglesia Católica es la que Cristo fundó, mientras que las Iglesias Protestantes no reúnen las condiciones necesarias para ello
Debemos rezar por los no católicos, para que se conviertan, y ellos y nosotros nos unamos en la única y verdadera Iglesia de Cristo que es la Católica.
Fuente: Catholic.net
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Retirado el yeso de la muñeca, el Papa comienza la rehabilitación
CASTEL GANDOLFO, viernes 21 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Los servicios médicos del ambulatorio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo han retirado el yeso de la muñeca derecha del Papa, colocado el pasado 17 de julio en el Hospital de Aosta tras una caída accidental, y han comprobado que el hueso ya está consolidado.
"Ha sido efectuada una radiografía de control que ha mostrado la consolidación de la fractura --indica una declaración del médico personal del Papa, Patricio Polisca, publicada este viernes por la Oficina de Información de la Santa Sede--. El resultado final en su conjunto puede definirse como óptimo".
Una primera radiografía y un chequeo médico realizados el 25 de julio en el Valle de Aosta, donde Benedicto XVI pasaba sus vacaciones, ya mostraron una evolución favorable de la fractura.
Benedicto XVI se vio obligado a pasar por el quirófano del hospital de Aosta al fracturarse la muñeca derecha a causa de un resbalón sufrido por la noche en su habitación de la casa Les Combes, en el Valle de Aosta.
La última declaración del médico del Santo Padre concluye explicando que "la recuperación funcional, iniciada inmediatamente, se completará mediante un adecuado programa de rehabilitación". Leer más...
martes, 18 de agosto de 2009
Cuatro días de 2011 con el Papa
Madrid calienta motores para la próxima visita que el Papa Benedicto XVI realizará a nuestro país, en agosto de 2011. La capital de España ha sido elegida como sede de la XXIV Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará entre el 15 y el 21 de agosto de 2011. El trabajo que tiene ahora por delante la archidiócesis es tan apasionante como ingente: cooperación con las autoridades civiles, coordinación de voluntarios, relación con los medios, y área logística y pastoral, son tareas que abordará el comité de organización local del evento.
De momento, la Secretaría General de la JMJ se inaugurará el próximo mes de septiembre en la parroquia de San Juan de la Cruz, frente a los Nuevos Ministerios.
El próximo 13 de septiembre, víspera de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, celebrará con los jóvenes una vigilia en la Catedral de la Almudena. A partir de esta fecha, la Cruz de los Jóvenes, que los madrileños recogieron en Roma el pasado Domingo de Ramos, comenzará a peregrinar por las parroquias de Madrid y, a continuación, por el resto de España.
En abril de 2010 está previsto que comience la primera fase de las inscripciones por internet. Aunque, tal como ha expresado el obispo auxiliar de la diócesis de Madrid, César Franco, se calcula que sólo una cuarta parte de los asistentes al acto habrán rellenado el formulario de inscripción.
La XXIV Jornada Mundial de la Juventud, animada por las palabras de San Pablo «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2,7), reunirá en Madrid a unos dos millones de jóvenes de los cinco continentes, entre los días 15 y 21 de agosto de 2011.
Segunda visita
La misa de acogida de los peregrinos, presidida por el cardenal de Madrid, tendrá lugar el día 16 en la plaza de Cibeles. Allí mismo será recibido el Santo Padre, a su llegada a España, el jueves 18. Benedicto XVI, que visitará por segunda vez nuestro país en su Pontificado, permanecerá hasta el domingo 21. Los actos centrales de la JMJ tendrán lugar los días 20 y 21 de agosto, en la base aérea de Cuatro Vientos. Allí se hará la Vigilia del Papa con los jóvenes y la Eucaristía que presidirá al día siguiente.
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De momento, la Secretaría General de la JMJ se inaugurará el próximo mes de septiembre en la parroquia de San Juan de la Cruz, frente a los Nuevos Ministerios.
El próximo 13 de septiembre, víspera de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, celebrará con los jóvenes una vigilia en la Catedral de la Almudena. A partir de esta fecha, la Cruz de los Jóvenes, que los madrileños recogieron en Roma el pasado Domingo de Ramos, comenzará a peregrinar por las parroquias de Madrid y, a continuación, por el resto de España.
En abril de 2010 está previsto que comience la primera fase de las inscripciones por internet. Aunque, tal como ha expresado el obispo auxiliar de la diócesis de Madrid, César Franco, se calcula que sólo una cuarta parte de los asistentes al acto habrán rellenado el formulario de inscripción.
La XXIV Jornada Mundial de la Juventud, animada por las palabras de San Pablo «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2,7), reunirá en Madrid a unos dos millones de jóvenes de los cinco continentes, entre los días 15 y 21 de agosto de 2011.
Segunda visita
La misa de acogida de los peregrinos, presidida por el cardenal de Madrid, tendrá lugar el día 16 en la plaza de Cibeles. Allí mismo será recibido el Santo Padre, a su llegada a España, el jueves 18. Benedicto XVI, que visitará por segunda vez nuestro país en su Pontificado, permanecerá hasta el domingo 21. Los actos centrales de la JMJ tendrán lugar los días 20 y 21 de agosto, en la base aérea de Cuatro Vientos. Allí se hará la Vigilia del Papa con los jóvenes y la Eucaristía que presidirá al día siguiente.
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El Papa pide consagrar a sacerdotes del mundo a la Virgen Asunta
El Papa Benedicto XVI presidió este sábado a las 8:00 a.m. -hora local- en la capilla de Santo Tomás de Villanueva, en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, la Solemnidad de la Asunción de la Virgen; y durante el Ángelus que presidió a mediodía ante miles de fieles, invitó a consagrar a los sacerdotes, en el marco del “Año Sacerdotal” a la Virgen Asunta.
El Pontífice recordó que en el "corazón" del mes de agosto, la Iglesia celebra la Asunción de la Virgen María como "ocasión privilegiada para meditar sobre el sentido último de la existencia humana, ayudados por la liturgia de hoy que nos invita a vivir en este mundo siempre orientados a los bienes eternos, para compartir la misma gloria de María, nuestra Madre".
El Pontífice pidió "volver los ojos hacia la Madre, Estrella de la Esperanza" en el contexto del Año Sacerdotal que tiene como patrono al Santo Cura de Ars, "de quien quisiera -prosiguió- "extraer pensamientos y testimonios", especialmente para que "nosotros sacerdotes revivamos el amor y la veneración al a Virgen Santísima".
Al respecto el Papa recordó que San Juan María Vianney "hablaba de la Virgen con devoción y al mismo tiempo con confianza e inmediatez", y citó al Santo Cura de Ars: "La Santa Virgen es inmaculada, adornada de todas las virtudes que la hacen tan bella y agradable a la Santísima Trinidad"
"Estas expresiones -explicó el Santo Padre- transparentan el celo del sacerdote, que, movido por un anhelo apostólico, se goza al hablar de María a los fieles, y no se cansa jamás de hacerlo".
Incluso un misterio difícil como el de la Asunción, el Cura de Ars, "sabía presentarlo con imágenes eficaces, por ejemplo: 'el hombre es creado para el cielo. El demonio rompió la escalera que nos conducía. Nuestro Señor, con su Pasión, nos construyó otra… La Santísima Virgen está en lo alto de la escalera y la sostiene con sus dos manos'", explicó el Papa, citando siempre al Cura de Ars.
"El Santo Cura de Ars se sentía atraído sobre todo por la belleza de María, belleza que coincide con su ser Inmaculada, la única creatura concebida sin sombra de pecado"; dijo el Papa; quien recordó que San Juan María Vianney consagró varias veces su parroquia a la Virgen, recomendándole a las madres de hacer lo mismo cada mañana con sus hijos".
“Queridos hermanos y hermanas, hagamos nuestros los sentimientos del Santo Cura de Ars. Y con la misma fe, dirijámonos a María Asunta al cielo, confiándole de modo particular a los sacerdotes del mundo entero", concluyó.
Autor: Aciprensa
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